Se va Diego caminando, de regreso, cruza el boulevard y a lo
lejos ve como esa mujer se aleja entre la multitud de su lado, tiene demasiadas
ganas de llorar, gritar en medio de esa algarabía, pero son más elevadas sus
ganas de besarla, -no cabe duda que muy poco no es suficiente; cuando no es lo
que uno esperaba-. Se dice para sí mismo y aborda el metro. Toma el metro su
carrera y avanza. Desde un punto en común se mira esta escena de estos dos
personajes viajando en direcciones distintas, la diferencia es el sentido de
sus viajes y claro esta lo dijò al principio -y egoístamente para sí mismo- “No
es lo que esperaba”.
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