Y si saboreo una a una tus
miradas,
y después contemplo tus labios
con esa sensación exquisita de tenerlos en mi sonrisa;
yo se que enseguida percibiría el suave aroma de tu
voz diciendo mi nombre,
y escucharía sutilmente el ritmo
de tu respiración,
y si te lo digo no estoy loca, ni
mucho menos ebria;
y podría ser que estoy un poco
dopada con la peor de las drogas “tu boca”.
Si eventualmente me vuelvo adicta
a ti… tu... te quedas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario