Y comenzó por lavarlo, desinfectarlo (habilitarlo pues; con suaves fragancias que emanaban de distintos puntos de su ser, principalmente de la válvula que todo lo controla), poco después lo examino, lo corto en dos partes con la delgada y fina navaja (esa que todo lo corta, algunos le apodan "Alma") lo tomo con su mano izquierda y apretujo pronunciando estas palabras:
"Te amo"
Exprimió un líquido un tanto cristalino y rojo y sacudiendo los coágulos del exquisito fruto lo separo y -casi pierde la vida- cuando despertó Aura sabía que no todo estaba perdido pues ahora su válvula había vivido y al instante muerto al escuchar esas palabras.
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