martes, 2 de noviembre de 2010

SIEMPRE HA DE LLEGAR

Llega ese momento en la vida, en que revees (reveer = ver algo/alguien que no veías hace mucho) y ese algo/alguien no suele ser lo que recordabas, peor aun no te acuerdas por que te gustaba/disfrutabas con tanta emoción, suele suceder con la gente, las películas e incluso con cualquier trapo viejo que atesorabas en el closet.

Es ahí cuando te das cuenta de que estas "rux". Estar o no con la familia no suele tener el mismo significado, es siempre lo mismo. Aprendes a querer aun mas tu soledad, e incluso te molestas de que lleguen los demás a "acompañarte".

Pareciera que los dulces que antes te hacían re feliz, ahora solo los puedes reemplazar con una chelita bien fría, y por que no con horas de placer carnal.

¿¿¿Y qué pasa cuando esto sucede???

Te estas amargando y no te das cuenta. Saboreas con cierto placer ese pinche sabor que te retuerce la feiz, cual limoncillo agrio. Puedes culpar a la gente con la que convives diariamente, aquella que en un principio te parecía muy especial e incluso gozabas de su compañía, aquel viaje en metro que te hace ser tan común y corriente(pa' convivir con la plebe), y por que no también al pinche sistema y la mierda que pasan por la tv.

No te engañes, la culpa no es el medio, sino el puto aspecto. Esto y lo mismo es igual. Sabias palabras de un borrachín. ¿Por qué tiene que ser así? Ni modo como dice el gran Charly Delgadillo

"La vida es injusta, acostumbrate a ella"...



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